Se trata sin duda de las dos especies de mascotas más habituales y que más éxito tienen como animales de compañía. Sin embargo, son bastante diferentes. Entender esas diferencias y conocer sus particularidades es muy importante para una buena convivencia. Las claves que os explicamos a continuación pueden ayudaros si ya tenéis en casa un perro y queréis que tenga un nuevo amigo gatuno y del mismo modo si ya vive en vuestra casa un gato y queréis que descubra qué es tener un amigo perruno.
1- Convivencia entre perros y gatos: conoce a tus mascotas:
Es importante informarse sobre el comportamiento natural de cada especie para establecer cómo va a desarrollarse su relación. Aunque cada animal tiene sus propias características individuales, en líneas generales los gatos son más independientes y los perros más sociables. De forma, que el perro entiende que existe una jerarquía, lo que facilita su adiestramiento, mientras que el gato no tanto. Y tienen distintas necesidades, el perro debe salir a pasear y hacer ejercicio y su ritmo de vida es diurno; por el contrario el gato necesita menos espacio y sus periodos de actividad y descanso se van alternando a lo largo del día y la noche.
2- Planificación:
El éxito del buen entendimiento entre perro y gato será mucho mayor si se conocen desde cachorros. Si no es así, debemos planear más específicamente cómo vamos a introducir al nuevo y preparar todo lo necesario para facilitar su adaptación, espacios, accesorios, comederos y bebederos. Además, podemos preparar con antelación a la mascota que ya tenemos, entrenando la obediencia de nuestro perro o facilitando una zona de seguridad para nuestro gato.
Debemos estar dispuestos a aceptar la relación que se irá estableciendo entre ellos.
3- Convivencia entre perros y gatos: primeros encuentros:
Una vez que estamos decididos y hechos los preparativos y cambios para la llegada de la nueva mascota, los primeros encuentros deben hacerse con precaución. Al principio, hasta que veamos cómo reaccionan, lo más aconsejable es mantener al perro atado y desde una cierta distancia observar sus reacciones.
4- Olfato:
El intercambio de olores entre perros y gatos es esencial para conocerse. Si les dejamos objetos que haya utilizado el otro, ayudaremos a que se vayan acostumbrando y tolerando poco a poco.
5- Nuestra adaptación:
Educar y adiestrar respetando las bases de la etología de cada especie y dejando que en la medida de lo posible la relación entre ellos se desarrolle de la forma más natural posible, intentando interferir sólo cuando sea necesario y por separado.
6- Convivencia entre perros y gatos: expectativas realistas:
Debemos estar dispuestos a aceptar la relación que se irá estableciendo entre ellos, que puede resultar desde una tolerancia pasiva a una interacción más cercana y activa.
7- Medidas sanitarias para cada uno de ellos:
Antes de entrar en contacto ambos deben estar sanos y limpios con su plan desparasitación al día. Por ejemplo, una buen método de cuidar a tus dos peludos sería la utilización de una dosis exacta, en el momento justo, como lo es la Doble Protección Mensual, que los protege mediante una desparasitación externa e interna.
8- Higiene:
Será necesario establecer una rutina de limpieza de los animales, sus accesorios, juguetes, camas, comederos, bebederos y arenero del gato. Hay que limpiar el arenero con frecuencia utilizando guantes y situarlo fuera del alcance del perro.
9- Alimentación:
Cada uno debe tener su comida y tanto la dieta como los hábitos alimenticios de perros y gatos son diferentes. La disposición de los comederos y bebederos es importante para que por ejemplo el perro, no se coma la comida del gato.
10- Casos especiales:
En el caso de que en la convivencia entre un gato y un perro ya haya problemas, no resulta fácil aconsejar una solución sin conocer los detalles, lo mejor es consultar con el veterinario.
¡Buena suerte con la nueva aventura familiar que empiezas!
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